Mi cambio de vida: Healthy Life

¡Muy buenos días de lunes!

Hace prácticamente un mes que no ando por aquí, pero entre la finalización del Máster y el descanso merecido, me ha sido imposible actualizar el blog. Aunque, si me seguís por las redes sociales, ¡habéis visto que no he parado! En Instagram es donde estoy siempre más activa, si no me sigues, ¡te animo a que lo hagas! Puedes seguirme con el nombre @untoquedecolor

Lo suyo, después de este parón, hubiera sido traeros un nuevo outfit, pues ya tengo varios pensados, pero tenía muchísimas ganas de hablaros de un tema algo más personal, de una moda que para mi no es moda, sino algo que ha hecho que mi vida cambie para mejor.

Estamos ya todos y todas hartos hasta la saciedad de oír esto de la "healthy life", "vida fitness", etc., ¿verdad? Para muchos es una moda que hace que la gente se "obsesione" con ir al gimnasio y tener una alimentación que se ajuste a ciertos parámetros.

El otro día lo hablaba con mis amigas, y les decía: esto puede tener una consecuencia positiva o negativa; positiva porque si lo tomamos como mejor nos viene, teniendo en cuenta nuestros gustos y posibilidades, podemos conseguir grandes retos; pero si nos obsesionamos con lo que comemos o dejamos de comer, o con conseguir retos imposibles en poco tiempo porque vemos el cuerpo de otra persona en Instagram.......esto sí que es malo.

¡Os pongo en situación!

Nunca he sido una chica activa y mi alimentación no es que haya sido nunca super saludable. Cuando era pequeña, iba a baile que, junto a la Educación Física del cole, hacía que no fuera muy sedentaria; la alimentación era "normal", lo que me ponía mi madre, aunque en mi casa no somos mucho de fruta y verdura. Aún así, mi peso siempre ha estado bien.

Con la entrada al instituto, dejé el baile por falta de tiempo. Y todo lo demás seguía igual. Al ir creciendo, también lo hicieron mis caderas; digamos que el tipo de cuerpo que iba a tener comenzaba a afianzarse, y aunque tuve alguna que otra necesidad de bajar de peso, éste seguía en la línea correcta.

Sin embargo, desde hace unos años atrás, como unos 4, mi ansia por la comida comenzó, de forma que empecé a poner peso, y más peso. En marzo del 2015, el año pasado, llegué a pesar 75kg, cuando mi estatura es de 162 cm....¿me pasé bastante no?

Antes de llegar a este peso, ya era consciente de que no podía seguir con el ritmo de vida que llevaba:

• Comía muchísima comida basura, tanto a diario como fines de semana.
• No comía nada de fruta. Y cuando digo nada es nada (me podía tirar más de 5 meses sin probar una pieza de fruta).
• La única verdura que comía era la lechuga y el pepino.
• No hacía nada de deporte, porque no me gustaba.

Como veis, las piezas claves de una vida saludable las tenía del revés, por lo que era muy normal que pusiera 15 kg.

Pero esto no sólo trajo consecuencias a mi vida internamente, pues ello me sentía más cansada, con sueño cada rato, me notaba que respiraba peor cuando me sentaba...sino que los cambios físicos y, por ende, los complejos, florecieron.

Digamos que el hecho de engordar y mirarme más al espejo para ver mi cambio, hizo que me diera cuenta de las cosas que no me gustaban de mi, y qué era lo que yo no estaba dispuesta a enseñar. Como podéis ver en mis fotos, soy una persona con piernas y caderas anchas, mientras que soy más estrecha de arriba. Pero es que yo había sido mucho más estrecha de arriba y ahora me notaba muuuy hinchada, la cintura me había desaparecido y estaba cuadrada, los brazos eran más gordos y las piernas....¡De eso mejor no hablar!

Las piernas son mi lucha constante desde hace años y años. Tengo mucha celulitis localizada en las cartucheras (como es bien evidente) y en mis piernas, de ahí la razón por la que en verano sean los pantalones/vestidos/faldas largos los que me acompañen día a día. Sé que me diréis que soy tonta, que tengo que quererme a mi misma, que tengo que disfrutar de la vida sin complejos, que soy joven, etc., etc., etc. Yo también lo sé, pero no puedo evitarlo, al menos de momento.

Cada persona tiene ese punto de flaqueza, ese complejo tan absurdo para los demás y tan fundamental para uno mismo.

En febrero del año pasado, comencé mi proceso de cambio: de marzo a julio pasé de 75 kg a 65´6kg, casi 10 kg me quité de encima en unos pocos meses, con dieta y ejercicio a diario.

En pleno período de oposiciones conseguí bajar varios kilos, y aunque todavía me quedaban algunos, el logro ya estaba ahí; pero las oposiciones se acabaron, y con ellas la rutina que me había ayudado a llevar algo tan rutinario como es una bajada de peso; llegó el verano y me dediqué a "vivir la vida" que esas malditas oposiciones me habían robado durante un curso entero.

¡Y sí, señoras y señores, en febrero de este 2016, María estaba con 71,8 kg otra vez encima! Si es que la que es de comer....jajajaja Ahora me río, pero hace unos meses quería tirarme de los pelos...

¿Pero qué ha cambiado? Mi visión ante todo esto.

Me di cuenta del error tan grave que cometí el año anterior: llevar a cabo una DIETA. Sí, una DIETA. Esas dietas tan aburridas donde lo único que puedes comer se resume en lechuga, pescado a la plancha, pollo y poco más (teniendo en cuenta que soy bastante rarita para comer y no me gustan muchas cosas, lo cual me limita aún más). Yo sabía que esa vida no podía llevarla para siempre, porque no sacia, aburre; porque no alimenta, engaña al estómago durante unas horas. Existen tantas cosas prohibidas que tienes la sensación de que la vida no la vas a disfrutar, sino que sólo está para aquellas personas con un metabolismo que quema todo lo que come. En definitiva, un "comeero" de cabeza que hace que abandone y vuelva a comer todo lo "rico".

Sin embargo y, afortunadamente, me topé con toda esta "moda" de vida saludable que para mi es lo mejor que se ha podido inventar. ¿Por qué? Porque hace que existan mil y un blogs/cuentas de instagram/canales de youtube, que me den ideas a diario de cosas muuuuy ricas que comer, opciones y alimentos que jamás pensé para llevar una verdadera vida saludable.

Cuando hablo con mis conocidos lo digo bien claro: yo no estoy a dieta, yo llevo una vida saludable.

No sabéis la alegría que me da levantarme una mañana y comerme un delicioso gofre con chocolate y fresas. Sí, todo eso. ¿A qué pinta bien? Pues es a base de claras de huevo, harina de avena.....¿nos va sonando esto? Está claro que hay que leer mucho, hay que saber qué elegir y cuando comerlo, porque no todo vale a todas horas, y hay que controlar la hora del día en que hacemos el ejercicio para saber qué nos podemos permitir comer antes y después del mismo. ¡Pero qué alegría da saber que existen tantísimas opciones saludables!

Hoy en día, peso 66 kg, me he quitado 6 kg de encima en más tiempo que el año pasado. Y eso es así porque al hacer una dieta estricta, bajamos pronto de peso, pero su recuperación también es más rápida. En cambio, hoy día prefiero mil veces tardar más en llegar a mi peso saludable, pero comiendo bien y adquiriendo hábitos que siempre voy a tener.

Esta "moda" ha hecho que...

• Tenga la necesidad diaria de comer varias piezas de fruta. No sólo como más cantidad, sino también más variedad.
• Conozca muchas recetas a base de verduras que están de rechupete y que quiera comerlas cada semana.
• Tenga la necesidad de hacer mis ejercicios diarios, de tener una responsabilidad con la persona que me entrena (de la que os hablaré muy pronto), y sobre todo, conmigo misma porque, debajo de esa manta de grasa y celulitis que tengo en abdomen, brazos y piernas, poco a poco va saliendo el musculito que me da la vida.

Como veis, todo lo que antes no hacía, ahora lo hago, y lo más importante, con la necesidad de hacerlo. Porque mi cuerpo y mi mente ya son distintos, y me piden ese ritmo.

¿Me paso? ¡Claro que sí! Si a la semana me apetece una pizza me la voy a comer, y más ahora en vacaciones, pero llego a casa luego y me como mi ensaladita la mar de contenta :)

Aún me queda mucho camino que recorrer para alcanzar mis objetivos, pero con constancia y esfuerzo todo es posible. Sé que llegará el día en que me mire al espejo y me guste todo lo que vea, pero de momento me conformo con la sensación de salud que tengo, con todos los retos que voy consiguiendo en el ámbito deportivo y con esos kilitos que poco a poco voy dejando atrás.

Y después de este testamento que os he contado, me despido por hoy. Es el post más personal que he escrito en estos años que llevo con el blog, pero necesitaba hacerlo para que me conocierais un poco mejor, para que comprendierais porque a mi no me da tanta calor usar un pantalón negro pitillo en pleno agosto, o de porqué subo cada vez más fotos de comidas y bebidas ricas a mis redes sociales. ¡Por que mi cuerpo es otro, mi vida ya es otra!

A partir de ahora, subiré cada cierto tiempo algún post en esta nueva sección, para aquellas que estéis pasando por lo mismo que yo y queráis coger ideas. No soy experta en todo esto, sólo puedo dar opinión de aquello que leo y aprendo y de aquello que me va bien a mi. Así que, ¡espero que os guste!

Mil besos y nos leemos pronto de nuevo, ¡qué ya estoy de vuelta!

María.